El glaucoma
Es un grupo de enfermedades en el que se produce un daño característico en el nervio óptico (el nervio de la visión). En la mayoría de los casos ocurre asociado a una presión elevada dentro del ojo. El daño es permanente e irreversible. Inicialmente no da síntomas y, si no se trata, puede llevar a la ceguera. El glaucoma es la segunda causa más frecuente de ceguera en el mundo, y la primera irreversible. El tratamiento permite detener el avance de la enfermedad en la mayoría de los casos.
¿Por qué aumenta la presión en el ojo?
Existe un líquido que circula permanentemente dentro del ojo que se llama humor acuoso y que tiene funciones importantes en el normal funcionamiento del ojo y la visión. El humor acuoso es producido en el interior del ojo y luego de circular sale del ojo por un drenaje especializado denominado malla trabecular (o trabeculado). En el glaucoma esta malla trabecular se tapa y, dado que el humor acuoso se sigue produciendo, aumenta la presión intraocular. Este aumento de la presión intraocular comprime el nervio óptico produciéndole una excavación y generando un daño a la visión. Ver animación en https://www.youtube.com/watch?v=20W2OD1OpNU
El nervio óptico normal (Figura 1) tiene una excavación fisiológica mientras que el nervio óptico con glaucoma tiene una excavación aumentada (Figura 2). En un individuo sano, el campo visual es normal (Figura 3), mientras que en el glaucoma el campo visual está reducido como consecuencia de la pérdida de visión (Figura 4).
¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
Existen distintos tipos de glaucomas. El más común es el glaucoma crónico simple (también llamado primario de ángulo abierto). Este tipo de glaucoma no da síntomas: no duele, no arde, no pica y no impide la vida cotidiana en los estadíos iniciales de la enfermedad. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas tales como: precisar más luz, tener visión borrosa, ver “como a través de una nube”, no ver objetos que están a los costados, entre otros. Cuando el paciente nota alguna disminución en su visión como consecuencia del glaucoma, ya ha perdido un porcentaje importante de su visión. Existen muchos otros tipos de glaucomas. Si bien es una enfermedad que ocurre más frecuentemente en los adultos, puede ocurrir a cualquier edad, inclusive desde el nacimiento (glaucoma congénito), o en la niñez (glaucoma infantil).
¿Qué debo hacer para saber si tengo glaucoma?
Concurrir al médico oftalmólogo. Su médico oftalmólogo en un exámen de rutina le medirá la presión intraocular y hará un exámen oftalmológico que incluye la observación de su nervio óptico. En caso de considerarlo necesario le solicitará otros exámenes. El único profesional capacitado para diagnosticar y tratar esta enfermedad es su médico oftalmólogo.
¿El glaucoma es hereditario? Quién puede tener glaucoma?
Los familiares de los pacientes con glaucoma tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad. Si bien no necesariamente tendrán glaucoma, deben controlarse debido justamente al mayor riesgo que poseen. El glaucoma es más común en adultos mayores de 40 años, aunque puede presentarse en cualquier etapa de la vida.
Así como tener un pariente de primer grado afectado por glaucoma constituye un factor de riesgo para padecer la enfermedad, hay otros factores de riesgo. Estos incluyen: hipertensión ocular, miopía moderada/elevada, hipermetropía, hipo e hipertensión arterial, antecedentes de trauma ocular, uso crónico de corticoides, diabetes.
¿Se trata el glaucoma? ¿Cómo? Pronóstico de la enfermedad.
Existen distintas formas de tratar el glaucoma mediante colirios (gotas para los ojos), láser o cirugía. Su médico oftalmólogo le indicará el tratamiento más adecuado. En caso de recibir tratamiento con gotas para los ojos, no debe interrumpirse a menos que se lo indique su médico oftalmólogo. Existen distintos tipos de láseres y distintos tipos de cirugías que se utilizan en función de cada caso. Tanto el tratamiento médico como el quirúrgico han tenido grandes avances en los últimos años.
Algunas de las técnicas quirúrgicas más utilizadas son la trabeculectomía o cirugía filtrante para el glaucoma (Figura 5); la colocación de dispositivos de drenaje (Figura 6); y, últimamente, la cirugía mínimamente invasiva (MIGS) que incluye diferentes procedimientos (Figura 7).
El tratamiento del glaucoma permite, en la mayoría de los casos, detener el avance de la enfermedad. Cuánto más temprano se detecte, mejor es el pronóstico de la enfermedad.
¿Puede existir glaucoma con presión intraocular normal?
En la mayoría de los casos, el glaucoma ocurre con presiones por encima de los valores considerados como normales. Sin embargo en algunos pacientes puede haber un daño glaucomatoso en el nervio óptico y en el campo visual con presión intraocular normal. Este tipo de glaucoma, también llamado de presión normal es más difícil de diagnosticar y muchas veces llega tarde a la consulta. Por otro lado, algunos pacientes con presión intraocular ligeramente por encima de lo normal, nunca desarrollan glaucoma, esto es nunca desarrollan daño en su visión. A estos pacientes se los considera “hipertensos oculares” y deben controlarse durante toda la vida, dado que tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Por eso se cree que hay otros elementos importantes que pueden jugar un rol en la producción del daño en el glaucoma.
¿Qué otros factores pueden participar en la producción del daño glaucomatoso?
En los últimos años se han descubierto alteraciones genéticas relacionadas con distintos tipos de glaucoma. Esta es un área de avance permanente. De hecho, la historia familiar es un factor de riesgo para padecer glaucoma: por eso es conveniente que los parientes de los pacientes con glaucoma se hagan controlar periódicamente con su médico oftalmólogo. Hay distintas áreas de investigación en la fisiopatología y el posible tratamiento del glaucoma. Entre ellas se pueden incluír el estudio del flujo sanguíneo en el polo posterior del ojo, mecanismos autoinmunes, producción de factores tóxicos, etc. La presión arterial muy baja también podría contribuir a la producción de daño glaucomatoso al disminuír la llegada de sangre al nervio óptico. Los pacientes con mala circulación periférica tienen también mayor riesgo de padecer glaucoma.
¿Qué novedades hay en el glaucoma?
El glaucoma es un área de permanente investigación y avance. Existen sofisticados métodos de diagnóstico capaces de detectar la aparición y/o la progresión del daño en forma muy precoz, mucho tiempo antes de que se genere una alteración en la calidad de vida del paciente. Existen métodos estructurales y métodos funcionales. Entre los métodos estructurales es posible analizar al nervio óptico y a la capa de fibras nerviosas con precisión exquisita tanto en áreas como en volúmenes, dando la posibilidad de detectar cambios muy pequeños. También existen métodos funcionales con tecnologías novedosas que detectan los cambios en el campo visual más precozmente que con las técnicas habituales.
Ha habido novedades en cuanto a la relación entre la presión ocular y la presión arterial, incorporándola en algunos casos como un factor de riesgo más en esta enfermedad. Es más, el “mejorar” el flujo sanguíneo al nervio óptico constituye un objetivo en el tratamiento.
La neuroprotección es un tema de actualidad en el tratamiento del glaucoma. El tratamiento del glaucoma consiste en reducir la presión intraocular, ya sea con medicamentos, láser o cirugía incisional. La neuroprotección consiste en “proteger” a aquéllas neuronas que no han sido dañadas en forma irreversible por el glaucoma, mediante un tratamiento independiente de la reducción de la presión ocular. Hasta el momento no hay ningún fármaco cuyo uso esté aprobado para este fin en el glaucoma en seres humanos. Sin embargo, hay estudios experimentales que muestran que esto es posible y que podría adicionarse a la clásica terapia de reducir la presión intraocular. Esta es una potencial nueva alternativa terapéutica.
Hay novedades respecto en lo que respecta a genética, así como también en ciencias básicas aplicadas al glaucoma. Ha habido una evolución en conceptos referidos a la presión intraocular, incluyendo sus variaciones en el día y a lo largo del tiempo; así como los diferentes equipos para medirla y sus factores de corrección. Hay nuevas cirugías con mejores resultados en diferentes tipos de glaucomas, algunos de los cuales tenían muy mal pronóstico y hoy ya no. El glaucoma está cambiando para bien.